En México, 20 millones de personas sufren problemas de alcoholismo según la secretaría de salud.
Resulta sorprendente que este tema sea algo olvidado e invisibilizado en redes sociales, porque el alcoholismo NO sólo afecta a los consumidores, te afecta a ti como hijx, madre, padre, hermanx, amigx.
Ser hijx de un padre o madre alcoholico es una de las experiencias más duras y traumatizantes que lxs niñxs pueden vivir.
Sabes que en el fondo, aún en tu vida adulta, hay heridas que no has sanado y traumas sin trabajar que podrían estarte afectando.
¿Cómo era tener un padre alcoholico cuando eras niña?
- La convivencia con tu padre era confusa. Hoy podía ser un padre amoroso y al siguiente día un total extraño.
- Crearon en ti una inestabilidad ansiosa y enfermiza, pues nunca sabías como iba a estar tu padre hoy.
- Sentías que tú eres culpable de que tu padre haya comenzado a ser alcoholico.
- Desarrollaste ansiedad y miedo por saber qué llegaría el viernes y los problemas en casa iban a regresar.
- Te costó más socializar con tus amigxs. Eras distante porque todo el tiempo pensabas en lo que pasaba en casa.
- Te culpaban y regañaban por el bajo rendimiento en la escuela, porque “tú no tenías problemas y sólo era tu responsabilidad”.
¿Qué consecuencias deja tener un padre alcohólico?
- Te cuesta apegarte de forma segura a cualquier persona porque tratas de evitar un posible futuro sufrimiento.
- Desconfías enormemente de las personas. No importa si es tu madre, mejor amiga o pareja la que te promete algo; no crees ni confías en sus promesas.
- Sientes una fuerte carga de “no repetir” lo mismo que tu padre. Tienes un miedo intenso a que alcohol te haga terminar en lo mismo.
- Siempre que estás cerca de una persona ebria, vuelven flashbacks a tu mente de lo que sucedió en tu infancia.
¡Toma terapia psicológica con perspectiva de género!
Tú eliges a tu psicoterapeuta, y mejor aún; si no te gusta tu primera sesión, te devolvemos tu dinero.
Pero no sólo es eso…
Durante alguna etapa de tu vida, pasaste por situaciones confusas: Tú y tu familia tuvieron la esperanza durante mucho tiempo de que tu padre cambiara.
Te prometía cambiar y tú le ofrecías tu “ayuda”, creías en él. Y aunque por unos meses parecía haber un cambio real; siempre terminaba en lo mismo.
Te sentiste impotente muchas veces por no saber que más podías hacer para “ayudar” a tu padre.
¡No puedes cambiar a una persona alcohólica!
Libérate de esa carga. El alcoholismo es una enfermedad que debe ser tratada por profesionales. Así como no fue tu culpa y tú no provocaste que iniciara su problema; tampoco puedes controlarlo ni hacer que pare.
Por más que hables con esa persona, sermonees, llores por la situación, le hagas jurar o prometer que no pasará o le amenaces, ¡NO VA A CAMBIAR! La única forma en que un alcohólico cambie es que ACEPTE su problema y ACEPTE ser ayudado por profesionales. Nunca de manera obligada, porque así jamás funcionará.
Si crees que estar con esa persona es peligroso o está amenazado tu vida, sal de ahí inmediatamente y denuncia.
Si estar cerca de esa persona te está agotando mentalmente y sientes que ya no puedes más; ALÉJATE, corta cualquier vínculo. No eres responsable de que lo un adulto haga con su vida, y sin importar de qué se trate; siempre debes priorizarte únicamente a ti.