Un día fans de los ternurines, al otro de los Labubu. Un día activistas feministas, al otro conservadores. Un día ropa “cottagecore”, dos semanas después, estética Y2K. ¿En qué momento nos convertimos en camaleones sin identidad?
La era de las redes sociales, con TikTok a la cabeza, nos ha sumergido en un tsunami de tendencias que cambian más rápido de lo que podemos procesarlas. Las modas efímeras han transformado a las generaciones más jóvenes en consumidores obsesionados por lo nuevo y lo viral, pero, a cambio, han erosionado algo mucho más valioso: nuestra autenticidad.
¿Es nuestra personalidad solo un reflejo de lo que es tendencia?
TikTok tiene un poder único: convierte cualquier cosa en tendencia. Desde una canción olvidada de los 90 hasta un termo que “te cambiará la vida”. Este fenómeno no sería un problema si no estuviera moldeando nuestras identidades de forma superficial y desechable. Hoy amamos algo porque lo vimos en un video viral; mañana lo desechamos porque “ya pasó de moda”.
¿El resultado? Una generación que cambia de ideales, gustos y valores con la misma rapidez con la que desliza videos. Esto no solo afecta nuestras decisiones de consumo, también nos está robando algo esencial: una identidad sólida, construida desde la introspección y no desde un algoritmo.
De los ternurines a los Labubu: la era de los fandoms temporales
Un día TikTok está inundado de videos tiernos sobre los ternurines, esas criaturas adorables que te hacen querer comprar sus peluches, decorar tu cuarto con ellos y hasta cambiar tu forma de vestir para “hacer match” con su estética. Dos semanas después, los Labubu ocupan su lugar y, mágicamente, los ternurines ya no existen. Se vuelven un recuerdo polvoriento en las estanterías y en nuestras cabezas.
¿El problema? No es solo que cambiemos de gustos. Es que todo se reduce a una carrera por pertenecer a lo que está en tendencia, aunque ello signifique abandonar nuestras preferencias reales. Nos hemos convertido en coleccionistas de identidades efímeras que caducan tan rápido como un video de 60 segundos.
Activistas por un día, conservadores al siguiente: la fragilidad de los ideales
Las redes sociales no solo han alterado nuestro consumo, también han influido en cómo adoptamos posturas ideológicas. TikTok se ha vuelto un escenario donde las causas sociales se convierten en tendencias. Hoy, el feminismo es el tema del momento; mañana, los discursos conservadores dominan la conversación. Este fenómeno no significa necesariamente que la gente cambie de postura por convicción, sino que adoptan la ideología que en ese momento les hace sentir más aceptados o les da más visibilidad.
La superficialidad de esta “militancia de moda” es peligrosa. Restamos importancia a luchas reales porque las convertimos en simples hashtags. Ser feminista o ambientalista se vuelve una performance, algo que se abandona en cuanto llega la siguiente moda. Lo preocupante es que, al tratar las causas como una tendencia más, terminamos trivializando los problemas que realmente necesitan compromiso y continuidad.
Ropa y estilos que duran menos que una temporada
Hace unos años, las tendencias en la moda duraban, al menos, una temporada. Hoy, gracias a TikTok, lo que se lleva cambia prácticamente cada semana. ¿Recuerdas cuando el estilo cottagecore dominaba los feeds? Un mes después, todo era coastal grandma, y ahora la estética clean girl es lo más buscado. ¿Qué sigue? ¿Cuántos armarios llenos de ropa que “ya no está de moda” acumularemos en el proceso?
Este ritmo frenético no solo nos empuja a consumir sin pensar, también afecta nuestra relación con la ropa. Ya no elegimos prendas que reflejen quiénes somos; elegimos lo que “se lleva”, lo que acumula likes y comentarios. Nos convertimos en escaparates de tendencias pasajeras, perdiendo la oportunidad de construir un estilo personal que nos represente.
TikTok y la dictadura de los algoritmos
El verdadero villano detrás de esta pérdida de personalidad es el algoritmo. TikTok no solo nos muestra lo que está de moda, sino que nos empuja a seguirlo para no quedar fuera. Los algoritmos nos castigan si no seguimos la corriente. Si no produces contenido sobre la última tendencia, tus videos dejan de ser visibles; si no consumes lo que está de moda, te conviertes en un extraño dentro de tu propia comunidad digital.
Este círculo vicioso nos obliga a adaptarnos constantemente, sacrificando nuestra autenticidad en el proceso. Dejamos de preguntarnos qué nos gusta realmente porque no tenemos tiempo para reflexionar; estamos demasiado ocupados intentando mantenernos al día con el ritmo frenético de lo viral.
El costo emocional de vivir en una burbuja de tendencias
Además de robarnos nuestra identidad, esta dictadura de tendencias tiene un impacto emocional significativo. La ansiedad por pertenecer, el miedo a no estar “actualizado” y la presión de encajar son problemas reales que afectan especialmente a los jóvenes. Nos obsesionamos tanto con lo que otros piensan de nosotros que dejamos de pensar en lo que realmente queremos y necesitamos.
El resultado es una generación cada vez más desconectada de sí misma, atrapada en un ciclo de validación externa que nunca satisface. Esta búsqueda constante de aprobación nos deja emocionalmente vacíos y más vulnerables a la manipulación de las redes sociales y las marcas.
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¿Hay salida? Construyendo una identidad lejos de TikTok
No todo está perdido. Aunque parece que el algoritmo tiene el control, podemos recuperar nuestra personalidad si hacemos un esfuerzo consciente por salir de este círculo de tendencias. Aquí algunas ideas:
- Cuestiona tus decisiones de consumo: Antes de comprar algo porque está de moda, pregúntate si realmente lo necesitas o si lo quieres solo porque lo viste en TikTok.
- Explora tus gustos fuera de las redes: Dedica tiempo a descubrir qué te gusta realmente, sin la influencia de las tendencias. ¿Qué música, libros, ropa o actividades te hacen feliz sin necesidad de validación externa?
- Sé crítico con las modas ideológicas: Si decides apoyar una causa, hazlo por convicción, no porque es el tema del momento. Investiga, infórmate y comprométete más allá de un post o un hashtag.
- Crea más, consume menos: En lugar de obsesionarte por seguir tendencias, usa tu creatividad para expresar quién eres. Crea contenido auténtico, aunque no sea lo más popular.
Conclusión: Recuperar la autenticidad en un mundo de modas efímeras
TikTok y las redes sociales han cambiado la forma en que nos relacionamos con el mundo, pero no debemos permitir que definan quiénes somos. Recuperar nuestra personalidad significa desconectarnos, aunque sea por momentos, de esta avalancha de tendencias y redescubrir lo que realmente nos hace únicos. Es un desafío enorme en una era dominada por el algoritmo, pero también es una oportunidad para construir una identidad sólida y auténtica.
¿Estamos dispuestos a dejar de ser simples seguidores de tendencias para recuperar nuestra verdadera esencia? La decisión está en nuestras manos, aunque el algoritmo intente convencernos de lo contrario.
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