La batalla silenciosa de Sofía…
Un relato de la violencia vicaria… En un pequeño y vibrante rincón del mundo, donde los colores de la vida llenaban cada espacio, vivía Sofía. Su mera presencia iluminaba las calles, y su voz resonaba como una melodía de esperanza en los corazones de quienes la rodeaban. Con una sonrisa radiante y unos ojos rebosantes de sueños, enfrentaba el mundo con valentía y determinación.
Sin embargo, tras esa fachada de normalidad, acechaban en silencio las sombras de algo que ella no podía nombrar. Como un malévolo espectro, un monstruo invisible emergía cuando la oscuridad de la noche cubría su hogar. Los ruidos de discusiones enmascaradas, los pasos apresurados y los susurros de temor se convertían en el telón de fondo de una realidad oculta para todos los demás.
Los días se volvían una carrera de obstáculos emocionales para Sofía. A medida que el sol se ocultaba tras las montañas, la carga del miedo y el control se volvía insoportable. Buscaba proteger a sus hijos, esos seres llenos de inocencia y amor, de las garras de aquel monstruo que amenazaba con arrebatarles su felicidad.
Sofía, con su coraje indomable, se convertía en un faro de resistencia y amor inquebrantable. Luchaba con todas sus fuerzas para preservar la luz en medio de la tormenta, navegando por un mar de emociones turbulentas y tomando decisiones difíciles. Sus días estaban marcados por la incertidumbre, pero su determinación era una llama ardiente que nunca se apagaba.
Su historia es un desgarrador llamado a la reflexión y la acción. Un testimonio vivo de la violencia vicaria que amenaza nuestras vidas y nuestros lazos más preciados. Nos invita a mirar más allá de las apariencias y adentrarnos en las profundidades de los corazones, donde se ocultan secretos oscuros y vidas enredadas en un laberinto de dolor y control.
En este relato, exploraremos qué es la violencia vicaria, cómo se manifiesta en nuestras vidas, qué hacer en caso de enfrentarla y por qué se le ha dado este nombre tan peculiar. Dirigido tanto a mujeres como a hombres, esta narrativa nos invita a reflexionar sobre las relaciones y los lazos familiares, a cuestionar las dinámicas de poder y a buscar formas de prevenir esta forma insidiosa de violencia que afecta a tantas personas en silencio.
¿Qué es la violencia vicaria?
Es un concepto que surge en el contexto de la violencia de género y se refiere a una forma de violencia que busca dañar y controlar a una persona a través de sus seres queridos, especialmente a través de sus hijos e hijas. Esta forma insidiosa de violencia se caracteriza por utilizar a las niñas y los niños como instrumentos de manipulación y como medios para ejercer poder y dominación sobre la pareja o expareja.
El término “violencia vicaria” ha sido utilizado por expertos en el campo de la violencia de género para describir un fenómeno específico. Aunque no se puede atribuir su acuñación a una sola persona, es importante mencionar que la psicóloga Sonia Vaccaro ha contribuido a difundir este concepto en los últimos años.
El concepto de violencia vicaria se basa en la noción de “vicario”, que implica la sustitución de una persona por otra en el ejercicio de una función o rol. Esta forma de violencia también ha sido denominada como “violencia por sustitución” o “violencia por interpósita persona”.
En la violencia vicaria, el agresor busca infligir daño emocional, psicológico y a veces incluso físico a hijas o hijos con el objetivo de controlar y someter a la madre. Esto puede manifestarse de diversas maneras, como:
- Amenazas directas o indirectas hacia los hijos e hijas.
- Manipulación de la relación padre-hijos/madre-hijas.
- Negación de derechos de visita o custodia.
- Exposición a situaciones violentas o abusivas.
- Entre otras formas de maltrato.
Es importante tener en cuenta que la violencia vicaria no se limita exclusivamente a afectar a las mujeres, ya que los hombres también pueden ser víctimas de esta dinámica. Sin embargo, en la mayoría de los casos, las mujeres son las principales víctimas debido a los roles de género y las desigualdades existentes en nuestra sociedad.
La violencia vicaria tiene graves consecuencias tanto para las madres como para los hijos e hijas. Las infancias que son expuestas a este tipo de violencia sufren un impacto emocional y psicológico significativo, pudiendo desarrollar trastornos de estrés postraumático, ansiedad, depresión y problemas de conducta. Además, esta violencia puede perpetuar el ciclo de la violencia en las generaciones futuras, normalizando patrones destructivos de relación y comportamiento.
¿Cómo se manifiesta la violencia vicaria?
La violencia vicaria puede adoptar diferentes formas, todas perjudiciales y destructivas. Estas pueden incluir desde amenazas de daño físico o emocional a los hijos e hijas, hasta la manipulación emocional, el chantaje y la privación de la relación con ellos. También puede implicar desacreditar y menospreciar a la madre o al padre frente a los hijos, generando confusión y malestar en ellos.
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Ejemplos de violencia vicaria
- Amenazas indirectas: Un agresor amenaza a la madre diciendo que hará daño a los hijos si ella no cumple con sus demandas o si intenta alejarse de la relación.
- Manipulación emocional: Un padre utiliza a los hijos para manipular y controlar a la madre, como amenazar con quitarles el amor o afecto si ella no hace lo que él quiere.
- Negación de derechos de visita: Un agresor impide que la madre tenga acceso a sus hijos, niega los derechos de visita o dificulta el contacto regular, con el objetivo de causarle daño emocional y controlarla.
- Exposición a situaciones violentas o abusivas: Un agresor expone a los hijos a situaciones de violencia física, verbal o psicológica con el propósito de generar miedo y control tanto en la madre como en los hijos.
- Desacreditar y menospreciar a la madre o al padre frente a los hijos: Un agresor habla mal de la madre o del padre frente a los hijos, desacreditándolos y menospreciándolos, generando confusión y malestar emocional en los hijos.
- Manipulación de los horarios de visita: Un agresor cambia constantemente los horarios de visita acordados para pasar tiempo con los hijos, creando incertidumbre y tensión en la relación entre la madre o el padre y los hijos.
- Amenazas de quitar la custodia de los hijos: Un agresor amenaza a la madre o al padre con quitarles la custodia de los hijos, generando miedo y ansiedad en la víctima y utilizando esto como una forma de control.
- Sabotaje económico: Un agresor intenta afectar la estabilidad económica de la madre o del padre, como no pagar la pensión alimenticia acordada, limitar su acceso a recursos financieros o destruir su propiedad, con el propósito de ejercer poder y control sobre ellos.
- Manipulación de los hijos para obtener información o chantajear: Un agresor utiliza a los hijos para obtener información sobre la madre o el padre, como sus actividades, amistades o relaciones, y luego utiliza esa información para chantajear o manipular a la otra parte.
Algunas estadísticas de violencia de género en México
- Según diversos estudios, se estima que aproximadamente el 70% de las mujeres que sufren violencia de pareja también experimentan violencia vicaria en algún grado.
- Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revela que la violencia vicaria puede tener consecuencias graves en el bienestar emocional y psicológico de la niñez que es testigo de ella.
- Según un estudio realizado en España, el 65% de las mujeres que denuncian violencia de género también informan haber sufrido violencia vicaria.
- Estadísticas recopiladas por organizaciones de derechos humanos y agencias gubernamentales en diferentes países indican que la violencia vicaria es una realidad preocupante en diversas sociedades.
Estas estadísticas reflejan la alarmante realidad de la violencia que afecta a mujeres, hombres y niñez en México. Es importante abordar estos problemas y trabajar juntos para promover la prevención y la protección de los Derechos Humanos.
¿Qué hacer si eres víctima de violencia vicaria?
Si estás viviendo una situación de violencia vicaria o conoces a alguien que la está experimentando, es fundamental buscar apoyo y tomar medidas para proteger a los hijos, hijas y demás personas afectadas. Algunas acciones que puedes considerar son:
- Buscar ayuda profesional: desde servicios psicológicos hasta asesoría jurídica especializada en casos de violencia de género.
- Documentar las evidencias: recopila pruebas de la violencia vicaria, como mensajes, correos electrónicos o testimonios de testigos, para respaldar tu caso.
- Proteger a los hijos e hijas: prioriza el bienestar de los menores y busca medidas legales para garantizar su seguridad y bienestar emocional.
- No aislarse: busca el apoyo de familiares, amigos y grupos de apoyo que puedan brindarte contención emocional y orientación en este proceso.
Algunas líneas de atención en nuestro país:
- Grupo de Atención a la Violencia de Género “Policía Rosa”: 449 994 66 16.
- Línea del Instituto para las Mujeres Guanajuatenses: 075.
- Emergencia Guanajuato: 911.
- Línea nacional para orientar a mujeres víctimas de violencia basada en género: 155.
- Línea SOS Mujeres: *765.
- TelMujer Puebla: 222-232-37-38.
- BCS Mujer: 800 227 6853 o al WhatsApp .
- Mujeres SOS CDMX: *765 emergencias
Estas son solo algunas de las líneas de emergencia disponibles en diferentes partes de México. Recuerda que, en caso de emergencia, siempre se debe contactar al número de emergencia local 911 para recibir asistencia inmediata.
Además, existen otras organizaciones y centros especializados en brindar apoyo a mujeres víctimas de violencia en cada estado. Para mayor información, te compartimos este enlace para consultar más líneas de ayuda https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/394591/Directorio_Institutos_Estatales_y_Lineas_2018.pdf
La violencia vicaria es un problema real y grave que debemos abordar como sociedad. Afecta no solo a las personas directamente involucradas, sino también a los hijos e hijas que quedan atrapados en medio de un conflicto.
Para aquellos que han llegado hasta este punto de la lectura, al finalizar este relato, deseo despedirme compartiendo unas palabras más, llenas de esperanza y fortaleza.
La historia de Sofía es solo una gota en el océano llamado violencia de género que, desafortunadamente, existe en nuestro mundo. Cada día, innumerables personas libran batallas silenciosas, enfrentando monstruos invisibles y buscando preservar la luz en medio de la oscuridad.
Mi deseo es que este relato haya despertado en ustedes la reflexión y la acción. Que sus corazones hayan sido tocados y sus mentes abiertas a la realidad de la violencia vicaria, comprendiendo la importancia de proteger y valorar a aquellos que amamos.
No olvidemos que, al unirnos como sociedad, podemos marcar la diferencia. Seamos siempre ese faro de apoyo para aquellos que más lo necesitan.
Escuchemos, creamos y aboguemos por un mundo en el que la violencia no encuentre espacio para crecer. Que estas palabras se conviertan en un recordatorio constante de la fuerza y la resiliencia que habita en cada uno de nosotros. Recordemos a Sofía y a todos aquellos que luchan en silencio. Sigamos escribiendo historias de amor, empatía y solidaridad.
Con gratitud infinita por acompañarme en este viaje, me despido. Deseo que, juntos y juntas, construyamos un futuro donde la violencia sea solo un recuerdo doloroso.
Con cariño, Nayely…