El fenómeno del Purple Washing: ¿Una verdadera inclusión o una estrategia de marketing?
En los últimos años, ha surgido un término que llama la atención en el ámbito de la diversidad y la inclusión: el “purple washing”. A medida que la sociedad se vuelve más consciente de la importancia de la diversidad y la igualdad, muchas empresas y organizaciones han comenzado a adoptar prácticas y mensajes que aparentan ser inclusivos y progresistas. Sin embargo, en algunos casos, esto puede ser una estrategia de marketing vacía, conocida como purple washing.
¿Qué es el purple washing?
El purple washing es una práctica en la que las empresas utilizan el feminismo o la igualdad de género como estrategia de marketing sin respaldar realmente esas causas en sus prácticas reales. Esta tendencia ha ido en aumento en los últimos años, aprovechando la creciente demanda de consumidores que buscan apoyar a empresas comprometidas con causas sociales.
Según un estudio reciente, el 62% de los consumidores considera importante que las empresas se comprometan con temas sociales y políticos. Sin embargo, es alarmante descubrir que el 47% de las marcas que se autodenominan “feministas” no tienen políticas claras sobre igualdad salarial ni oportunidades de promoción para las mujeres en sus equipos.
Además, una encuesta reveló que el 65% de los consumidores está dispuesto a pagar más por productos o servicios de empresas que respalden causas sociales. Pero aquí está la triste realidad: solo el 28% de las empresas que afirman apoyar el feminismo realmente asignan recursos significativos a programas o iniciativas que promuevan la igualdad de género.
Dior: un ejemplo de purple washing
Lo que sucedió en el desfile ‘Crucero 2024’ de Dior, llevado a cabo en el Colegio San Ildefonso es un ejemplo de esto. Puedes ver el video aquí:
La pasarela terminó con el tema Canción sin miedo, como si de moda se tratara. Los vestidos tenían frases como “Corre por tu vida”, “Power girl” y más frases sin sentido del feminismo blanco. Se nos hace una verdadera falta de respeto que marcas como @dior pretendan convertir un grito de protesta en marketing para sus ventas. Definitivamente, no imaginamos cómo las víctimas de feminicidio, las madres buscadoras y más segmentos de la población que realmente LUCHAN y SUFREN podrían decir en algún momento: “wow, Dior ha puesto su granito de arena para ayudarnos poniendo en sus vestidos corre por tu vida”, es absurdo pensar que lo que se hizo es “protesta”.
Y es aquí en donde entra en acción el purplewashing. Su “protesta” sería 100% entendible si supiéramos que la marca hace esfuerzos para hacer un cambio, pero no es así.
Dior es una empresa que testea en animales, perpetúa los estereotipos de género con modelos estereotipadas, tiene denuncias por disparidad laboral, etc etc.
Pero en su lugar, prefieren blanquear o su imagen, o como dicen ellos y sus fans: “apoyar a la causa” haciendo un desfile de moda y vendiendo vestidos que dicen “corre por tu vida y “girl power”.
Básicamente, están utilizando el feminismo como una estrategia de marketing para vender más productos, pero sin realmente apoyar ninguna causa.
El problema con el purple washing es que engaña a las personas. Nos hace creer que estamos apoyando causas importantes como el feminismo, cuando en realidad solo estamos siendo víctimas de una táctica de marketing. Es importante estar alerta y no dejarnos engañar por estas prácticas.
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Señales del purple washing:
Identificar las señales del purple washing puede ser clave para no caer en engaños y apoyar a empresas auténticas en su compromiso con las causas que dicen respaldar. A continuación, se presentan algunas señales comunes del purple washing:
- Mensajes vacíos: Las empresas que se dedican al purple washing a menudo utilizan mensajes y etiquetas relacionadas con causas sociales y políticas sin respaldarlos con acciones concretas. Pueden usar eslóganes como “empoderamiento femenino” o “igualdad de género”, pero carecen de políticas o prácticas que respalden realmente estas afirmaciones.
- Ausencia de transparencia: Las empresas que practican el purple washing suelen carecer de transparencia en lo que respecta a sus políticas internas y prácticas comerciales. No brindan información clara sobre aspectos como la igualdad salarial, las oportunidades de promoción para mujeres o la diversidad en sus equipos.
- Contradicción en los valores: Otra señal del purple washing es cuando una empresa respalda una causa social, pero sus acciones o productos contradicen esos valores. Por ejemplo, una empresa que se autodenomina “amigable con el medio ambiente” pero continúa utilizando materiales y procesos perjudiciales para el entorno, o como el ejemplo de Dior, quien se autodenomina “feminista” y perpetúa estereotipos de género.
- Uso oportunista de fechas conmemorativas: Las empresas pueden aprovechar fechas importantes, como el Día Internacional de la Mujer o el Mes del Orgullo, para lanzar campañas promocionales que parecen apoyar esas causas, pero que en realidad solo buscan aumentar las ventas sin un compromiso genuino. Después de esa fecha, todo vuelve a su real normalidad, su “compromiso” se termina cuando el mes de las ventas acaba.
- Falta de inversiones reales: Las empresas que practican el purple washing no asignan recursos significativos a programas o iniciativas que respalden las causas que dicen apoyar. No realizan donaciones a organizaciones relevantes ni implementan medidas concretas para promover el cambio social.
Es importante tener en cuenta estas señales para evitar caer en el engaño del purple washing. Como consumidores, debemos investigar a fondo las prácticas y políticas internas de las empresas antes de apoyarlas. Esto implica buscar transparencia, coherencia y acciones concretas que respalden los valores y causas que afirmen apoyar.
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Entonces, ¿qué podemos hacer contra en el purplewashing?
La práctica del purple washing es una táctica despreciable utilizada por empresas sin escrúpulos para engañar y manipular a los consumidores. Es una muestra clara de la hipocresía y la falta de ética que impera en el mundo capitalista actual. Estas empresas se aprovechan de causas importantes como el feminismo y la igualdad de género, utilizándolas como una herramienta de mercadotecnia sin respaldarlas con acciones concretas.
Es desgarrador ver cómo se juega con los sentimientos y las aspiraciones de aquellos que buscan apoyar a empresas socialmente responsables. El purplewashing crea una ilusión de progresismo y compromiso social, pero en realidad es una cortina de humo para ocultar las prácticas injustas y perjudiciales de estas empresas.
Como consumidores, debemos estar alerta y no permitir que nos engañen con mensajes vacíos y falsas promesas. Es nuestra responsabilidad investigar y exigir transparencia a las empresas. Debemos buscar marcas auténticas, que respalden sus palabras con acciones reales y que estén comprometidas con la igualdad de género y otras causas sociales.
Es hora de desenmascarar a aquellos que se valen del purple washing para obtener beneficios sin ningún tipo de responsabilidad.
Debemos alzar la voz y exigir un cambio genuino en la forma en que las empresas operan y se comprometen con la sociedad. Juntos, podemos poner fin a esta práctica deshonesta y construir un mundo donde las empresas sean verdaderamente responsables y comprometidas con el bienestar de todos.
Cuestionar lo que una trasnacional te dice o hace es el comienzo.