Así aprendimos a ser hombres…
Tal vez has escuchado la expresión anterior, y la realidad es que el “ser hombre” esta determinado desde un aspecto cultural, que engloba actitudes, normas, comportamientos y prácticas.
Podemos dar cuenta que, desde la infancia, a los niños se les ha enseñado a mostrarse fuertes, tener control, seguros de sí mismos, valientes, competitivos, y evitar conductas estereotipadas como femeninas, porque eso los haría verse débiles, vulnerables, incapaces, etc.
“Deber, probar, demostrar, son palabras que nos confirman la existencia de una verdadera carrera para hacerse hombre. La virilidad no se otorga, se construye, digamos, se fabrica.”
Elizabeth Bedinter
Un hombre, para entrar en el “club de los hombres”:
- Tiene que asumir más riesgos.
- Mostrar fuerza, competir con otros.
- Ser descuidado, porque fijarse en los detalles es considerado algo femenino y por tanto poco masculino.
- Callarse todo, no hablar jamás de cómo se sienten porque además no les han enseñado a hacerlo.
- Tiene que ser el proveedor
- Saber de carros, futbol y reparaciones
- Tiene que empezar a hacer un patrimonio estable
- Debe ser el que ha de mantener a su familia
- No debe sentir miedo; solo tiene que ser valiente.
- Deben tener un cuerpo fuerte y musculoso
Estas conductas y actitudes promueven y refuerzan el comportamiento machista, el cual es parte sustancial de la cultura patriarcal, en donde se discriminan, oprimen y violentan no sólo a las mujeres o las personas de la diversidad sexual, sino también a los propios hombres.
Yo tengo mis propias reglas, hago las cosas a mi manera, creo mi propia ley. No me gusta depender de nadie ni pedir ayuda, yo tengo que manejar todo. Por eso no confió en nadie.
¿Cómo afecta e machismo a los hombres?
- Riesgo para otros hombres, como accidentes, homicidios y otras formas de violencia.
- Riesgo para uno mismo, en forma de suicidio, accidentes, alcoholismo, otras adicciones.
- Enfrentando peligros, para mostrar poder.
- Negando el miedo, para evitar verse “vulnerables”.
- Falta de manejo de los afectos y emociones, no se expresan emociones dolorosas o profundas.
- Pocas redes de apoyo, soledad, manejo violento de conflictos interpersonales.
- Sexualidad no asumida, no responsable, poco afectiva, focalizada en el pene, problemas de autocuidado que tiene que ver con el contacto sexual.
Participar en conductas que comportan riesgos, ser sexualmente dominante, evitar discutir las emociones o buscar ayuda, en definitiva, mantener una masculinidad mal entendida o “tóxica”, rebaja en casi seis años la esperanza de vida de los hombres. Un cuarto de ellos no llega a cumplir la cincuentena
ONU, 2019
El no tomar conciencia y responsabilidad del comportamiento machista, contribuye a la construcción de masculinidades tóxicas, que va en contra de las personas agredidas, pero también de los agresores.
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Por ello la importancia de crear masculinidades responsables e igualitarias, para ello se debe tomar en cuenta:
- Reconocer las actitudes, conductas y consecuencias del machismo, dentro de las relaciones interpersonales.
- Fomentar el dialogo, la expresión emocional, responsabilidad afectiva y empatía.
- Entender que cada hombre ejerce su masculinidad desde su elección, decisiones y personalidad.
- Aceptar que hay manifestaciones de la masculinidad distintas que la tradicional.
- Mostrar interés de cambiar y abandonar patrones machistas.
El machismo es una prisión para los hombres.
Porque lo que viene es a reventar la idea rígida de lo que se supone que ha de ser un hombre. Porque no tener que demostrar nada, poder hablar de lo que sientes, pedir ayuda cuando la necesitas, es ser más libre.
Los hombres también merecen una vida libre de estereotipos y presiones sociales por el simple hecho de ser hombres.
CasI Creativos
