La obsolescencia programada es un concepto que, aunque pocos lo conozcan por su nombre, la mayoría ha experimentado de primera mano. Es un fenómeno que ha permeado la industria tecnológica y que a menudo se disfraza bajo el atractivo manto de la “innovación”. Este término se refiere a la práctica intencional de las empresas de diseñar productos para que se vuelvan obsoletos o dejen de funcionar después de un cierto período de tiempo. En el caso de nuestros teléfonos móviles, este ‘tiempo’ puede ser sorprendentemente corto.
Capitalismo y consumo desenfrenado: Un ciclo sin fin
Vivimos en una sociedad que se rige por los preceptos del capitalismo, y uno de sus pilares fundamentales es el consumo. En esta era de consumismo desenfrenado, los productos duraderos y de alta calidad no son tan rentables como aquellos que necesitan ser reemplazados con frecuencia. Las empresas de tecnología, conscientes de esto, diseñan sus productos para que duren lo suficiente como para ganarse nuestra confianza, pero no tanto como para interrumpir el flujo constante de nuevas compras. Este ciclo interminable de compra y reemplazo alimenta la maquinaria económica, pero al mismo tiempo plantea serias preguntas sobre la sostenibilidad y la ética de tales prácticas.
¡Escucha nuestro podcast!
¡No pararás de reír! Tocamos temas diarios de una forma única y que hará que ni sientas como pasa el tiempo.
Técnicas de obsolescencia programada: ¿Por qué nuestros dispositivos no duran?
Desde baterías que no pueden ser reemplazadas hasta actualizaciones de software que ralentizan los modelos antiguos, los fabricantes utilizan una serie de técnicas para asegurarse de que nuestros teléfonos no duren más de lo que ellos consideran necesario. Incluso las modas y las tendencias pueden jugar un papel en esta estrategia, con la constante introducción de nuevos estilos y características que hacen que nuestros dispositivos actuales parezcan desactualizados, aunque sigan siendo completamente funcionales.
La obsolescencia programada implica la planificación deliberada de la vida útil limitada de los productos, lo que obliga a los consumidores a reemplazarlos en un lapso relativamente corto. Las empresas aplican diversas técnicas para asegurarse de que nuestros dispositivos no duren más de lo necesario, maximizando así sus beneficios. Estas técnicas incluyen:
- Obsolescencia funcional: Se refiere a la creación de productos con componentes que están destinados a fallar o volverse incompatibles en un período determinado. Esto puede ser a través de piezas de baja calidad, diseñadas para desgastarse rápidamente, o mediante actualizaciones de software que ralentizan los dispositivos más antiguos.
- Obsolescencia estilística: Consiste en la promoción constante de nuevos diseños y características de moda para que los consumidores sientan la necesidad de adquirir los modelos más recientes. La publicidad y el marketing juegan un papel fundamental en esta estrategia, creando una sensación de obsolescencia psicológica en los consumidores.
- Obsolescencia sistemática: Ocurre cuando los fabricantes dejan de proporcionar soporte técnico y actualizaciones para productos más antiguos, forzando a los usuarios a buscar nuevas alternativas. Esta técnica también se utiliza para fomentar la obsolescencia funcional, ya que los dispositivos se vuelven cada vez menos útiles y compatibles con las últimas tecnologías.
Las implicaciones de la obsolescencia programada: Un golpe al bolsillo y al planeta
Este modelo de negocio no solo afecta a nuestros bolsillos, sino que también tiene un impacto significativo en el medio ambiente. La producción de cada nuevo dispositivo consume recursos y energía, además de generar desechos electrónicos que a menudo terminan en vertederos. Por otra parte, la obsolescencia programada también tiene implicaciones en nuestras finanzas personales. El constante ciclo de actualización significa que estamos gastando dinero regularmente en nuevos dispositivos, incluso cuando los antiguos aún podrían servir.
¡Toma terapia psicológica con perspectiva de género!
Tú eliges a tu psicoterapeuta, y mejor aún; si no te gusta tu primera sesión, te devolvemos tu dinero.
Hacia una tecnología más sostenible y duradera
Es hora de cuestionar esta práctica y buscar alternativas. Necesitamos políticas que promuevan la durabilidad, la reparabilidad y la sostenibilidad en la industria de la tecnología. Es necesario un cambio en la mentalidad, tanto de los productores como de los consumidores, para alejarnos de esta cultura de consumo desechable y avanzar hacia una relación más sostenible y consciente con nuestros dispositivos tecnológicos.