Cada año, cuando llega el 8 de marzo, aparecen las típicas felicitaciones: “¡Feliz Día de la Mujer!”, “Gracias por existir, bellas damas”, “Hoy es su día, que las consientan mucho”. Y cada año, miles de mujeres tienen que volver a explicar lo mismo: el 8M no es un día de celebración, es un día de lucha.
Pero como la desinformación sigue circulando, aquí vamos otra vez, con calma y claridad, a explicar por qué no se debe felicitar a las mujeres en el 8M, cuál es el verdadero sentido de esta fecha y por qué seguimos marchando.
El 8M NO es un día de celebración, es un día de lucha
Para entender por qué las felicitaciones están fuera de lugar, hay que ir a la raíz de esta fecha. El Día Internacional de la Mujer no nació de una idea bonita sobre lo grandiosas que son las mujeres, sino de la lucha obrera y feminista.
Desde finales del siglo XIX, las mujeres trabajadoras se organizaban para exigir condiciones laborales dignas, mejores salarios y reducción de las jornadas extenuantes. En fábricas textiles, en el sector de la costura, en la producción de alimentos, las mujeres eran explotadas brutalmente.
Eran tiempos en los que trabajar 14 o 16 horas diarias era normal. Tiempos en los que no existía el derecho a la huelga ni el pago justo. Tiempos en los que, si una mujer se quejaba, la despedían sin más. Y no había leyes que las protegieran.
El incendio de la fábrica Triangle Shirtwaist: la tragedia que marcó la historia
Uno de los eventos más impactantes que impulsó la lucha por los derechos de las mujeres trabajadoras ocurrió el 25 de marzo de 1911, en Nueva York. En la fábrica Triangle Shirtwaist, más de 500 mujeres, en su mayoría inmigrantes italianas y judías, trabajaban en condiciones inhumanas, cosiendo ropa por salarios miserables.
Ese día, un incendio estalló en la fábrica. Las trabajadoras intentaron escapar, pero las puertas estaban cerradas con llave. Era una práctica común de los dueños para evitar que las empleadas se tomaran descansos o robaran materiales. Las mujeres quedaron atrapadas en un infierno de humo y fuego.
Algunas intentaron saltar desde los pisos altos, pero murieron al impactar contra el suelo. Otras fueron consumidas por las llamas. 146 personas murieron, la mayoría mujeres jóvenes de entre 14 y 23 años.
Este horror quedó grabado en la memoria del movimiento feminista. No fue un accidente, fue un crimen del capitalismo patriarcal. Y fue una de las razones por las que la lucha de las mujeres por sus derechos laborales se hizo más fuerte.
El 8M se construyó en la lucha feminista y obrera
El Día Internacional de la Mujer no surgió de una sola tragedia, sino de un proceso largo de lucha.
Ya en 1908, 15,000 mujeres marcharon en Nueva York exigiendo mejores salarios, reducción de la jornada laboral y derecho al voto. En 1910, en la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, la feminista Clara Zetkin propuso establecer un día para conmemorar la lucha de las mujeres.
Poco después, en 1917, en plena Primera Guerra Mundial, las mujeres rusas organizaron huelgas exigiendo “pan y paz”, lo que fue clave para la caída del zarismo y el reconocimiento del voto femenino en Rusia.
Con el tiempo, el 8M se consolidó como una fecha de lucha feminista global, reconocida por la ONU en 1977, pero siempre con un origen profundamente político y de protesta.
Felicitarnos en el 8M es minimizar nuestra lucha
Ahora que conoces la historia, tal vez entiendas mejor por qué las felicitaciones en este día no tienen sentido.
No estamos aquí para que nos digan “gracias por existir”. Estamos aquí porque seguimos siendo asesinadas, acosadas, explotadas y discriminadas todos los días.
- En lugar de felicitarnos, pregunta cómo puedes apoyar la lucha feminista.
- En lugar de subir una imagen con frases vacías, infórmate sobre las violencias que enfrentamos a diario.
- En lugar de enviarnos flores, exige justicia para las víctimas de feminicidio y violencia de género.
Las marchas del 8M: una exigencia, no una fiesta
Cada 8 de marzo, las mujeres salimos a marchar en todo el mundo. Y no, no es un carnaval ni un evento recreativo. Es una manifestación de rabia, memoria y exigencia.
¿Por qué marchamos?
- Porque nos siguen matando.
- Porque la brecha salarial sigue existiendo.
- Porque el acoso callejero, laboral y digital es parte de nuestra vida cotidiana.
- Porque la violencia sexual sigue siendo normalizada y justificada.
- Porque la justicia no llega para las mujeres asesinadas, violentadas y desaparecidas.
No es un desfile. No es una moda. Es una exigencia de vida o muerte.
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“Pero yo sí respeto a las mujeres…” No basta
Otro clásico del 8M: los hombres que dicen “pero yo sí las respeto, no todos los hombres son machistas, no todos los hombres son iguales”.
No se trata de si tú, como individuo, eres “bueno”. Se trata de que vivimos en un sistema que protege a los violentadores. Un sistema que nos oprime en el trabajo, en casa, en la calle, en la política.
Si de verdad quieres apoyar:
✔️ Escucha a las mujeres sin interrumpir ni minimizar sus experiencias.
✔️ Cuestiona las actitudes machistas en tu entorno.
✔️ No seas cómplice del acoso o la violencia, aunque no la ejerzas directamente.
✔️ En lugar de apropiarte del discurso feminista, apoya desde los márgenes.
Entonces, ¿qué sí puedes hacer el 8M?
Si de verdad quieres sumarte de forma genuina:
✔️ Comparte información útil sobre feminismo y derechos de las mujeres.
✔️ Si eres hombre, no ocupes espacios de protesta que no te corresponden.
✔️ Si tienes amigas o compañeras que marcharán, pregunta cómo puedes ayudar.
✔️ En lugar de flores, exige justicia para las víctimas de feminicidio.
El 8M no se felicita, se lucha. Y si después de todo esto sigues pensando en enviar un “Feliz Día”… mejor escucha y aprende.
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