¿Existe un vínculo entre emoción y alimentación?
Hola soy yo de nuevo, esta semana preparé este tema, se que con solo leer el título te podrás estar preguntando si existe o no tal vínculo, la respuesta a la pregunta del inicio es SI.
Entre la alimentación y las emociones existe un complejo vinculo, muchos autores hasta denominan al intestino como el segundo cerebro, esto debido a que a que todo lo que ingerimos a nivel alimenticio puede tener su causa en las emociones, si lo piensas bien desde pequeños nos “enseñan” a enfrentar nuestra emociones a través de la comida.
Pasaste el examen (felicidad) te llevan a comer o te pueden llegar a mencionar que si quieres un pastel, muchos de los festejos / celebración incluyen comida
¿Lo habías notado?
Y ni hablar de cuando estamos tristes, las películas muestran casi siempre al personaje comiendo helado o dándose “inocentemente” un atracón de comida
¿Te suena familiar?
Hasta este punto debo dejar claro que nuestras emociones tienen un rol o papel dentro de nuestra conducta alimentariay nuestra conducta alimentaria tiene un vínculo significativo en nuestras emociones, están relacionado y muchas veces no somos conscientes de esta relación.
La mayoría de las personas no notan este vinculo y si lo hacen lo minimizan, total “es solo comida” sin embargo, esta afirmación causa muchas complicaciones a la hora de establecer planes alimenticios, mejorar hábitos o incluso llevar un proceso psicológico.
Está comprobado que cuando comemos para calmar nuestras emociones escogemos más alimentos grasos, lo cual puede desencadenar un exceso de grasas en la dieta, desequilibrando la misma y causando enfermedades, esto sin duda repercute en nuestra percepción de la imagen corporal, de nuestra autoestima, etc.
Este vínculo no es tan inocente
Si bien nuestra emociones y nuestra alimentación tienen un vínculo, no son las emociones en sí mismas las causantes, sino que más bien la manera de gestionar estas emociones y el estilo de afrontamiento son los factores que influyen y repercuten.
Es decir, hemos aprendido y nos han enseñado que “panza llena corazón contento” ¿No?
Y la verdad es que NO, la comida no suple o cambia esto, pero como nos lo dijeron y enseñaron lo tomamos como cierto, panza llena no significa corazón contento, significa que debemos comenzar a identificar, controlar y canalizar nuestras emociones porque no lo estamos haciendo, mas bien lo estamos mal canalizando.
Si has leído hasta aquí y te sientes identificado, no te preocupes, sé que puede ser alarmante, pero recuerda que así como lo aprendimos podemos modificarlo, pues esto que te ocurre es mucho más común de lo que puedes pensar.
Acudir con un profesional de la salud mental es el segundo paso, el primero es reconocer que tengo una relación disfuncional con la comida y para ello te dejo las siguiente preguntas (ojo solo son un una mini muy mini evaluación)
- ¿Cuándo estas bajo niveles altos de estrés dejas de comer?
- ¿Cuándo estas estresada que comes y en que cantidades?
- ¿Qué premios en cuanto alimentación te ofreces o te ofrecen los demás?
- ¿Cuándo obtienes un logro cómo lo festejas?
- ¿Comes por ansiedad?
- ¿Qué alimento asocias con felicidad?
- ¿Qué alimento asocias con castigo?
- Qué es lo primero que piensas si escuchas la palabra dieta.
Responde sinceramente, analiza tus respuestas y recuerda acude con un profesional de la salud mental, no estás solo.